Ya salió FAVSTO! Nuevo LP de Exterminio, lo estaremos presentando el próximo 29 de Junio en El Emergente junto a bandas amigas. Ya podes encontrarlo en @icarusmusic Pronto más novedades! Exterminio, domingo, mayo 5, 2024
Se conoce como «masacre en el pabellón séptimo» o «motín de los colchones» a los acontecimientos ocurridos el 14 de marzo de 1978 en el pabellón número 7 de la Unidad 2 de Devoto, de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, durante el gobierno de facto de la última dictadura militar.
Al menos 65 personas (64, según la versión oficial) murieron asfixiadas, quemadas o baleadas, por efectivos del Servicio Penitenciario Federal, aunque investigadores sostienen que fueron 747 y un sobreviviente afirma que fueron más de 100. Los únicos imputados fueron los propios presos sobrevivientes; y las muertes quedaron impunes, de la misma manera que otros episodios de torturas o asesinatos cometidos contra «presos comunes» durante la dictadura.
Durante el episodio, el servicio penitenciario impidió el ingreso de los bomberos que llegaron al edificio para sofocar el incendio, argumentando que la situación ya había sido normalizada. No hubo ningún registro de víctimas fatales entre el personal del Servicio Penitenciario Federal; sólo cinco heridos leves.
Hugo Cardozo, uno de los sobrevivientes detenidos en Devoto, relató que el incidente se inició durante una requisa de rutina que fue inusualmente violenta:
«Esta vez era más cantidad de personal que de costumbre. Nos hicieron lo mismo pero más áspero: nos golpearon. Estaban con diferentes uniformes y con garrotes. Los golpes no paraban y nos defendimos como pudimos, hasta que se fueron corriendo y quedamos solos en el pabellón.»
Según su testimonio, dos guardias empezaron a disparar gases y tiros con ametralladoras. Los reclusos trataron de encerrarse, tapando la entrada al pabellón con camas y colchones.
«Seguían disparando y tirábamos lo que teníamos a mano: papas, pilas. Y de pronto veo que detrás de mí pasa un calentador que golpea en la pila de colchones. Los que disparaban volcaron un tanque de kerosene, la lengua de fuego llegó al piso y ahí empezó el infierno.
El calor era infernal y nos faltaba el aire. Me colgué de una ventana para respirar algo de aire puro y los veo disparar ahí también. La piel se nos ampollaba y veía a mis compañeros caer. Agarré una toalla mojada, me tapé la cabeza y me tiré al piso. Desperté a las dos horas y ya no había fuego. Mis compañeros estaban cocinados.»
Tras el hecho, los sobrevivientes fueron encerrados en un calabozo dónde continuaron siendo agredidos.
«Un cordón de uniformados que te pegaban con todo lo que tenían. Yo salí corriendo. Tenía que atravesar esos tres pisos; un pasillo de baldosas. Te resbalabas en los jugos de las ampollas reventadas a golpes de otros que pasaron antes. Algunos quedaban allí en el camino.»
En cuanto a que entre el personal policial sólo hubo heridos leves, uno de ellos con magulladuras en sus dos manos, Cardozo sostuvo:
«Se lastimaron de tanto golpearnos. Eso no fue un motín: no éramos unos locos que nos prendimos fuego como se dijo.»
La versión oficial, reflejada inicialmente por medios de comunicación como el diario Crónica, sostuvo que se trató de un motín; y que las muertes se produjeron por asfixia o por quemaduras, concentrando la responsabilidad sobre las propias víctimas.
En 1979, el entonces juez de instrucción, Jorge Valerga Aráoz, decretó el «sobreseimiento provisorio».
Organismos de Derechos Humanos impulsan y reclaman la reapertura de la investigación en la causa penal,13 14 con el objetivo de que la represión policial de esa jornada sea considerada un delito de lesa humanidad cometido en el marco del terrorismo de Estado que fuera aplicado durante el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. Sostienen que los detenidos fueron asesinados durante la represión de los agentes penitenciarios, quienes, además de disparar sobre los presos amotinados, iniciaron el fuego que causó la mayoría de las muertes en el pabellón.
El 15 de agosto de 2014 la Sala I de la Cámara Federal de Capital Federal hizo lugar al pedido de los querellantes y sobrevivientes.19 Declaró que el caso se trata de un crimen de lesa humanidad, abriendo la puerta a una investigación. Para la apelación que derivó en esta declaración, fue clave el dato de la desaparición de Jorge Hernández Rodríguez, un militante uruguayo que se encontraba preso allí. Su padre lo reconoció en la portada del diario Crónica, sin embargo su nombre no aparece en ningún registro.
Se han publicado algunos libros sobre el hecho como Crónica de muertes silenciadas. Villa Devoto, 14 de marzo de 1978, del criminólogo Elías Neuman, publicado en 1985; Los derechos humanos en el «otro país», de Daniel Barberis, en 1987; y Masacre en el pabellón séptimo, de Claudia Cesaroni, en 2013.
El músico Indio Solari ha escrito dos canciones que aluden al hecho: Pabellón séptimo (relato de Horacio) y Toxi Taxi.
01 - Intro 02 - Death décor 03 - Punishment 04 - Human stress reliever 05 - The kiss of death 06 - Puke on it 07 - Gutter sludge tramp 08 - Humiliation modus operandi 09 - A necrophiliac's pastime 10 - Necro-pack rat 11 - Whore annihilation 12 - My semen rots with you 13 - I need you dead 14 - Onward the dogs of war 15 - Toxic shock therapy 16 - You dead = Me satisfied 17 - Outro
Los angelinos The Shrine han levantado aún más las expectativas que se habían puesto en algo tan talentoso como lo que son capaces de hacer tan solo 3 tíos. La respuesta ha si lo del año 2012 y ese debut llamado “Primitive Blast” era un espejismo, tiene con su nuevo disco una respuesta tan contundente como mayúscula. Estos tíos saben a lo que juegan y nos dejan otra de esas joyas para enmarcar un año que sigo diciendo que está empezando y parece que los estuviéramos acabando.
Los que no conozcan a The Shrine les adelantamos que ellos son un joven proyecto californiano, compuesto por el bajista Courtland Murphy, el cantante y guitarrista Josh Landau y el batería Jeff Murray. Ellos se formaron en el 2008, y después de una demo homónima en el año 2009 y el posterior debut citado antes, vienen ahora con las pilas recargadas a tope y con toda la electricidad del mundo en su nuevo y fulminante “Bless Off”.
El pasado 11 de Marzo el sello neoyorquino Tee Pee Records puso a la venta este segundo trabajo de la banda norteamericana. Un disco plagado de buen rock mayúsculo y sobresaliente. Un canto y tributo a las viejas glorias británicas y aquel rock macarra que tan bien se oía y que buen legado ha dejado atrás. Que sirva como razón de peso este “Bless Off”.
El revival es la palabra que mejor define a esta banda, “Bless Off” se grabó en los Eliminator Studios de Venice Beach, en pleno corazón californiano, en cintas de carrete a carrete y equipos vintage como los clásicos Marshall Stacks.
Once temas ni más ni menos, repletos de ardientes ganchos, seguidos de majestuosos riffs y la contusión cerebral que pueden dejar esos golpes de amplificador. The Shrine están considerados como una de las bandas underground más calientes del panorama musical norteamericano. Esas mezclas del mejor y más recordado heavy de los 70, aderezado por el mejor rock ‘n’ roll, las indagaciones al hardcore clásico y esos tintes al garage rock. Un batido mágico de géneros resumidos en once ilustres temas.
¿Temas a destacar del disco? Podría pegarme una reseña del copón hablando o más bien halagando este trabajo. “On The Grind” es un masivo despliegue del mejor rock ‘n’ roll puro y sin adulterar. La exhibición de un animal a la guitarra como es Josh Landau, queda patente en ese segundo tramo del corte llamado “Nothing Forever”, mientras que “The Duke” despierta esas raíces del sonido más clásico de los 90.La propia “Bless Off” te revienta a patadas con su letal estilo demostrando a una banda que se encuentra en pleno auge. Más furiosos que nunca dejan una de las más cañeras del disco. Otro tema a destacar es “Worship” dónde los californianos se meten en la piel de los Motörhead de los primeros discos.
El nuevo álbum de la banda sigue esa tangente, que empezó a ascender sin ninguna parada prevista, en su particular escalada que comenzó en aquel “Primitive Blast”. ¿La diferencia? La clase de estos tíos, la madurez musical aquí se ve más cristalina con una música más rápida y pegadiza.
Desde los espectaculares solos de Landau, pasando por un sinfín de riffs melódicos y esas letras que cantan al punk de la época. El nuevo disco contiene esas toneladas de ganchos inspirados en el rock más retro.
The Shrine han creado con su nuevo disco su propio santuario, nunca mejor dicho. Disco recomendado para infinidad de personas de diferentes gustos; punk, doom, heavy metal o rock clásico, cualquiera recibirá este disco con gran aceptación y mayor sorpresa.
Los que ya conocían a la banda verán una estupenda continuación de estos californianos y todo un puñetazo sobre la mesa para esta talentosa banda. Los que entren en vuestra primera toma de contacto con The Shrine, les adelanto que este disco les tumbará a las primeras de cambio ya que no solo es completísimo sino que suena excelentísimo. Su adquisición es prácticamente obligatoria, cuando lo escuchéis sabréis en que os habéis gastado la pasta. Es sin duda una de las mejores recomendaciones que les puedo dejar tanto este mes, como lo que queda del año.