jueves, abril 13, 2017

El onanista perturbado (2014)



Georgina Zanardi, dirección, guión, producción

Intérpretes

Ramón Cuchillo Caribe
María Cecilia Bonini
Vic Cicuta
Darwin Gessel
Débora Caos
Karina Schaffner

Jero (Ramón Cuchillo Caribe) es un adicto al sexo y a la masturbación que, debido a una alerta de su propio cuerpo ante tanto exceso, recurre a un grupo de adictos al sexo para poder superar su problema. Luego de diversas situaciones pícarescas, Jero se da cuenta de que el grupo no le sirve y busca alivio en un convento, donde deberá enfrentarse a otro tipo de demonios.  Vic Cicuta como el cura desquiciado, Chevy De La Torre y Paul Divano como los motoqueros libidinosos y homosexuales, Fabián Pollo Moreno como el pajero y sexópata coordinador del grupo de adictos al sexo, y el gran Ramón Cuchillo Caribe como el onanista perturbado que menciona el título. Mención aparte merecen los efectos especiales artesanales como los animatronics del gato zombi o el de la poronga del onanista.

Fuente


Peli clase Z de Georgina Zanardi. Un pajero busca dejar la paja. Hay culos y tetas.

Por: Luis Segovia

Fuente discocuadrado


La obra de Zanardi toca un tema universal, y en su tratamiento retoma escenas ya clásicas como, por ejemplo,  la que hizo Hideaki Anno en the The End of Evangelion, puesto que El onanista perturbado empieza con una paja fuera de cuadro, pero esta paja se diferencia y emparenta con otro film que también toca el tema de la represión sexual: Antichristh, de Lars Von Trier, la paja de Zanardi y la paja de Von Trier, ambas, terminan con eyaculación de sangre, y eso es lo que da comienzo a la búsqueda personal por la salvación.


El tema de la masturbación como instancia representativa de la soledad y la imposibilidad de conectar más que con el semen en la mano pone en discusión la necesidad del hombre de ser social. Este Shinji gordo y pelado, Jero, el protagonista, interpretado por Ramón Cuchillo Caribe, empieza a preocuparse por ser solo y por la posibilidad de estar enfermo, pero es la amenaza de convertirse en un caso bizarro de Crónica lo que lo impulsa a buscar ayuda. No quiere convertirse en la placa roja de "muriópor pajero".

Sin embargo el protagonista es el arquetipo de alguien odiable. Que sea víctima de sí mismo no da ternura. Es gordo, pelado, forro, manipulador, drogón, borracho, pajero, no hay en él absolutamente nada que genere empatía. Esta instancia de desvictimización recrudece. Descaretea. Permite divertirse con los patéticos resultados que encuentra en su recorrido por dominar su adicción. Así los consejos bizarros de amigos, la terapia de un grupo de sexoadictos y la represión religiosa lo terminan cagando y le cabe por gato. Con resultados sexuales.

Monjas conchudas. Putas quisquillosas. Compañeras predadoras. Todo es objeto de deseo y tragedia para Jero que no encuentra más que nuevas instancias de degeneración. Zanardi no se preocupa por la agenda política del feminismo, ni tampoco apologiza a sus protagonistas, los odia a todos por igual.

El trabajo subliminal es interesante. La aparición fantasmagórica de Zappa en los fondos divierte, marca la elección de rumbos en la trama. La colocación de productos es abrumadora: Los posters de Diablo de Nicanor Loretti, la revista Cine Fantástico y Bizarro, cuadros del festival Viñetas Sueltas, el Muere monstruo muere grafiteado y las remeras de Hërpes y Pogo en el ascensor, aparecen como puentes al universo del palo. Como hacen los yankees con la bandera y sus monumentos. We're legion.

Las limitaciones técnicas y actorales de la grabación se compensan fuerte con tetas, culos, humor, chotas cercenadas, diálogos con un burdo doble sentido y un manejo claro y conciso de la historia. En la hora y dos minutos de la película no hay relleno. Las escenas contribuyen a establecer los dilemas y conflictos aunque estos se resuelven con magia, cuchillos y petes.

Georgina Zanardi plantea al dilema de las adicciones sexuales con una mirada descarnada, violenta, cruda como una chota que te encuentra en la parada del colectivo y te golpea la cara. Pero te golpea con represión, con castración, argumentando que la libertad es la posta.


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