26 de junio de 2002 la policía federal argentina asesinó a los los militantes barriales Maximiliano Kosteki y Darío Santillánen la estación Avellaneda de la ciudad de Buenos Aires, en medio de una dura represión policial.
Reclamaban planes sociales, en un contexto de grave crisis económica, política e institucional. Por este crimen fueron condenados a cadena perpetua el ex comisario inspector Alfredo Franciotti y el ex cabo primero Alejandro Acosta.